Pipilenca Guanaco
2006-02-17 17:40:55 UTC
Si digo: "Freedom House", ya saben a lo que me refiero. Si digo: "Open
Society", dirán que soy redundante.
Asegurar que el capital puede hacer golpes de estado y financiar
movimientos populistas, como inversión para asegurarse áreas de
influencia, recursos naturales y similares, ya no es parte de la
ficción, ni del mundo de la literatura: "De la dictadura a la
democracia" se llama el libro.
Si digo que mi primer libro de Soros lo compré en cuba, pocos me
creería. Maestro del blanquismo punchista, financia golpes de estado en
los países que antes pertenecieron a la órbita soviética, Sorós es más
conocido por ser un maestro especulador, como financiero global, que
como político. Para él la política también es negocio, y se dedica a
granjearse prebendas a cambio de apoyo a los movimientos populistas que
acceden al poder político.
Decir que el capital puede doblegar una nación entera, que puede llevar
a todo un pueblo a doblegarse y a la miseria, y que es más poderoso que
muchos estados, no es exagerado: ya Sorós lo demostró mediante la
especulación de divisas. Al capital no le pesa el hambre y miseria
generada en su conciencia, ya que carece de ella: son reglas del juego
de libre mercado. Una vez en la miseria, la posibilidad de invertir unos
cuantos cientos de miles de dólares multiplica con creces las
posibilidades de comprar adeptos a bajo precio: la vida no vale nada.
Pero los juegos modernos son multidisciplinarios, se juega en grupo, en
equipo. Los juegos económicos no siempre son limpios, pero jamás tienen
consideraciones morales: la economía no es religión, ni moral.
Hablar del "Rey de Georgia" y su creador, Bruce Jackson, es hablar de la
aplicación del manual de golpes de estado blanquistas: de movimientos
populistas que toman el poder con apoyo de la empresa privada, apoyados
discretamente por políticos que el capital sostiene en los países con
aspiraciones globales (forma para no decir imperialismo, que a muchos
les ofende). La aplicación práctica del manual "De la Dictadura a la
Democracia" y los cursos subsidiados por los contribuyentes
norteamericanos y los inversores capitalistas detrás de "Freedom House"
y "Open Society", nos quiere vender la idea que un golpe, es una
revolución apoyada por el pueblo.
Lo duro es ver la realidad posterior a ese golpe de estado. Un
presidente, bajo las cámaras de televisión, hablando mal de Putin y la
antigua Unión Soviética, se vuelve a Bruce Jackson (norteamericano) y le
pregunta si es correcto lo que esta diciendo, buscando el asentimiento:
tremenda prueba de independencia y soberanía muestran los nuevos
gobernantes en los estados regresados al capitalismo. En cuestiones de
soberanía e independencia, no hay duda que es una involución.
A decir verdad, se lleva un estado al desastre económico (eso hace
barata la operación), se financia el movimiento populista que surge de
la noche a la mañana (la importancia de la propaganda) y alza una
bandera reivindicativa basada en el descontento de la gente. Se toma el
poder antes de que la gente se ponga a pensar en la plataforma
socio-económica que el movimiento ofrece: el objetivo es tómelo ahora, o
lo hacemos que lo tome de todas maneras. Pobre del pueblo cuando se
entere que son sujetos de especulación, de un juego de inversión y que
sus dirigentes son pagados por el capital interesado. Y pobres de los
sujetos financiados por los intereses dispuestos a sacar lucro del
hambre y miseria generados: hay que pedirles cuentas.
Las "revoluciones pacíficas" (que son involuciones en muchas sociedades
que ya habían dejado atrás la salvaje transformación de la fuerza de
trabajo asalariada en objeto, en cosa) que pretende el manual
mencionado, ofrecen un paraíso de oportunidades a las víctimas, aunque
no existe ningún país que pueda sobrevivir gracias a los sueños y buenos
deseos.
Cuando me plantearon: "Cuba es la próxima", me dije - compré mi primer
libro de Sorós en Cuba, lo que implica que los cubanos saben un poco del
sujeto y su método especulativo con las divisas. Y por si fuera poco, el
lema del partido comunista cubano, hace 25 años, era :"La fuerza de un
partido radica en su estrecha vinculación con la masa". Ya esta claro
que las masas cubanas desfilan sobre el malecón habanero mostrando su
opción de futuro, y que a pesar de tener un nuevo Abril a las puertas,
la primavera no discrimina a nadie: reviven hasta aquellas flores que
uno consideraba marchitas. Así pasó con los fidelistas. Los que desean
la muerte de Fidel, elaboran otra campaña de propaganda sacada de la
manga de la camisa, sin cabo ni rabo, pero mucha propaganda
anticastrista en fin.
El movimiento pro-Putin en Rusia, logró no sólo neutralizar a los
alumnos de Bruce J. y Sorós, sino que los puso a la defensiva. En China,
por más que servicios de búsqueda en la internet hayan concedido a USA
el mostrar tanques que recuerden la represión china contra los
anticomunistas cuando uno busca la plaza Tiananmen, los punchistas no
lograron siquiera tener raíces que permita un futuro involutivo. De
ribete, se muestra la plaza ancestral con toda su arquitectura clásica.
Se necesita ser pobre, miserable, para que el capital pueda especular
con el estado, llevarlo a la quiebra, dar el golpe y adjudicarse el
poder político por unos cuantos cientos de miles de dólares. Y si un
pueblo quiere tener un gobierno que se presta a empobrecer a su pueblo
para ponerlo al servicio del capital, será por voluntad propia. A lo
mejor el mundo es redondo y da vueltas, y estos episodios y tramas de
intrigas palaciegas generen un nuevo Shakespeare. Croacia presenta buena
madera para tallar en ese sentido, así como Ucrania, Georgia y similares.
A nosotros, los que defendemos los recursos que el capital ansía, nos
falta el financiamiento: a cambio tenemos el trabajo voluntario, sin
necesidad de financiarlo, y la dedicación que tantos empresarios odian,
(ellos desean tener trabajadores conscientes y gratuitos, esclavos
confiables, y nos miran con envidia por poder generar ese sentimiento de
dignidad entre los pueblos y por tener que desenvolver algunos dólares
para granjearse adeptos). Hagamos revoluciones pacíficas, sin
financiamiento externo: los resultados pueden ser insospechados.
Atte.
Pipilenca
Society", dirán que soy redundante.
Asegurar que el capital puede hacer golpes de estado y financiar
movimientos populistas, como inversión para asegurarse áreas de
influencia, recursos naturales y similares, ya no es parte de la
ficción, ni del mundo de la literatura: "De la dictadura a la
democracia" se llama el libro.
Si digo que mi primer libro de Soros lo compré en cuba, pocos me
creería. Maestro del blanquismo punchista, financia golpes de estado en
los países que antes pertenecieron a la órbita soviética, Sorós es más
conocido por ser un maestro especulador, como financiero global, que
como político. Para él la política también es negocio, y se dedica a
granjearse prebendas a cambio de apoyo a los movimientos populistas que
acceden al poder político.
Decir que el capital puede doblegar una nación entera, que puede llevar
a todo un pueblo a doblegarse y a la miseria, y que es más poderoso que
muchos estados, no es exagerado: ya Sorós lo demostró mediante la
especulación de divisas. Al capital no le pesa el hambre y miseria
generada en su conciencia, ya que carece de ella: son reglas del juego
de libre mercado. Una vez en la miseria, la posibilidad de invertir unos
cuantos cientos de miles de dólares multiplica con creces las
posibilidades de comprar adeptos a bajo precio: la vida no vale nada.
Pero los juegos modernos son multidisciplinarios, se juega en grupo, en
equipo. Los juegos económicos no siempre son limpios, pero jamás tienen
consideraciones morales: la economía no es religión, ni moral.
Hablar del "Rey de Georgia" y su creador, Bruce Jackson, es hablar de la
aplicación del manual de golpes de estado blanquistas: de movimientos
populistas que toman el poder con apoyo de la empresa privada, apoyados
discretamente por políticos que el capital sostiene en los países con
aspiraciones globales (forma para no decir imperialismo, que a muchos
les ofende). La aplicación práctica del manual "De la Dictadura a la
Democracia" y los cursos subsidiados por los contribuyentes
norteamericanos y los inversores capitalistas detrás de "Freedom House"
y "Open Society", nos quiere vender la idea que un golpe, es una
revolución apoyada por el pueblo.
Lo duro es ver la realidad posterior a ese golpe de estado. Un
presidente, bajo las cámaras de televisión, hablando mal de Putin y la
antigua Unión Soviética, se vuelve a Bruce Jackson (norteamericano) y le
pregunta si es correcto lo que esta diciendo, buscando el asentimiento:
tremenda prueba de independencia y soberanía muestran los nuevos
gobernantes en los estados regresados al capitalismo. En cuestiones de
soberanía e independencia, no hay duda que es una involución.
A decir verdad, se lleva un estado al desastre económico (eso hace
barata la operación), se financia el movimiento populista que surge de
la noche a la mañana (la importancia de la propaganda) y alza una
bandera reivindicativa basada en el descontento de la gente. Se toma el
poder antes de que la gente se ponga a pensar en la plataforma
socio-económica que el movimiento ofrece: el objetivo es tómelo ahora, o
lo hacemos que lo tome de todas maneras. Pobre del pueblo cuando se
entere que son sujetos de especulación, de un juego de inversión y que
sus dirigentes son pagados por el capital interesado. Y pobres de los
sujetos financiados por los intereses dispuestos a sacar lucro del
hambre y miseria generados: hay que pedirles cuentas.
Las "revoluciones pacíficas" (que son involuciones en muchas sociedades
que ya habían dejado atrás la salvaje transformación de la fuerza de
trabajo asalariada en objeto, en cosa) que pretende el manual
mencionado, ofrecen un paraíso de oportunidades a las víctimas, aunque
no existe ningún país que pueda sobrevivir gracias a los sueños y buenos
deseos.
Cuando me plantearon: "Cuba es la próxima", me dije - compré mi primer
libro de Sorós en Cuba, lo que implica que los cubanos saben un poco del
sujeto y su método especulativo con las divisas. Y por si fuera poco, el
lema del partido comunista cubano, hace 25 años, era :"La fuerza de un
partido radica en su estrecha vinculación con la masa". Ya esta claro
que las masas cubanas desfilan sobre el malecón habanero mostrando su
opción de futuro, y que a pesar de tener un nuevo Abril a las puertas,
la primavera no discrimina a nadie: reviven hasta aquellas flores que
uno consideraba marchitas. Así pasó con los fidelistas. Los que desean
la muerte de Fidel, elaboran otra campaña de propaganda sacada de la
manga de la camisa, sin cabo ni rabo, pero mucha propaganda
anticastrista en fin.
El movimiento pro-Putin en Rusia, logró no sólo neutralizar a los
alumnos de Bruce J. y Sorós, sino que los puso a la defensiva. En China,
por más que servicios de búsqueda en la internet hayan concedido a USA
el mostrar tanques que recuerden la represión china contra los
anticomunistas cuando uno busca la plaza Tiananmen, los punchistas no
lograron siquiera tener raíces que permita un futuro involutivo. De
ribete, se muestra la plaza ancestral con toda su arquitectura clásica.
Se necesita ser pobre, miserable, para que el capital pueda especular
con el estado, llevarlo a la quiebra, dar el golpe y adjudicarse el
poder político por unos cuantos cientos de miles de dólares. Y si un
pueblo quiere tener un gobierno que se presta a empobrecer a su pueblo
para ponerlo al servicio del capital, será por voluntad propia. A lo
mejor el mundo es redondo y da vueltas, y estos episodios y tramas de
intrigas palaciegas generen un nuevo Shakespeare. Croacia presenta buena
madera para tallar en ese sentido, así como Ucrania, Georgia y similares.
A nosotros, los que defendemos los recursos que el capital ansía, nos
falta el financiamiento: a cambio tenemos el trabajo voluntario, sin
necesidad de financiarlo, y la dedicación que tantos empresarios odian,
(ellos desean tener trabajadores conscientes y gratuitos, esclavos
confiables, y nos miran con envidia por poder generar ese sentimiento de
dignidad entre los pueblos y por tener que desenvolver algunos dólares
para granjearse adeptos). Hagamos revoluciones pacíficas, sin
financiamiento externo: los resultados pueden ser insospechados.
Atte.
Pipilenca